Camavinga fue subcampeón del Mundo pero su entrada al campo en la final del Mundial de Qatar pudo cambiar el destino. El jugador del Real Madrid ingresó al césped en el minuto 71 con 2-0 a favor de Argentina y el partido se fue a la prórroga con un doblete de Mbappé en un minuto.
Es habitual que Camavinga revolucione los partidos cada vez que sale desde el banquillo. Ya lo hizo con el Real Madrid en la pasada Champions League con más de un partido de locura como las semifinales frente al Manchester City. Cada vez que el jugador francés saltaba al campo el partido cambiaba de rumbo, y siempre del lado blanco.
Con Francia también pasó lo mismo en la final del Mundial pero sin desenlace feliz tras una fatídica tanda de penaltis para la selección gala que terminó con Argentina campeona del Mundo. Camavinga solamente había jugado 90 minutos ante Túnez en todo el Mundial, pero Deschamps decidió sacarlo al campo con el partido perdido. O eso parecía.
Argentina tenía la final en la mano, ganaba 2-0, controlaba el partido a las mil maravillas y quedaban 20 minutos. Deschamps sacó a Camavinga en el minuto 71 de lateral izquierdo sustituyendo a Theo Hernández. Empezó a robar balones, a detener a Messi por banda y a catapultar a Francia hacia el área contraria.
Diez minutos después de la entrada de Camavinga, la selección francesa recortaba distancias con un penalti de Mbappé. Y el empate tardó muy poco en llegar, solamente un minuto después, con otro golazo de Mbappé tras un derechazo impresionante.
Los magníficos minutos de Camavinga no le sirvieron a Francia para ganar el Mundial pero volvió a dejar claro que su aportación de revulsivo en partidos importantes sigue siendo trascendental. Jugó 50 minutos, con la prórroga, en el lateral izquierda, una posición distinta a la que desempeña en el Real Madrid, cuajando un gran partido. Su valoración sigue en alza y su revolución de partidos desde el banquillo es una gran realidad.